Se trata de uno de los itinerarios más conocidos y transitados de Lorca. Sus casi 10 kilómetros de distancia sin apenas desnivel transcurren entre puentes de piedra con pasarela y pinares, así como otro tipo de flora y fauna propia (y no tan propia, ya que también es muy probable avistar arruis) que no dejará a nadie indiferente.
Disfruta con la familia de un senderismo tan fotográfico y de buen ambiente; así como de una visita guiada al castillo de Lorca y su encendido de luces cuando cae el sol.
La ruta comúnmente parte desde el mismo castillo, donde, además, suele haber facilidad para aparcar.
La Opinión
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