No es solo la tirolina, su llave a la fama popular de los últimos años; el pueblo está justamente fuera del bullicio del valle de Tena, al que pertenece, con el grueso de los turistas localizado en Sallent, Biescas y Panticosa.
Un pueblo tranquilo, precioso, con fabulosas excursiones disponibles desde su corazón y, naturalmente, con la tirolina sobre el embalse de Búbal, de un kilómetro de longitud, que pronto tendrá compañía en la zona.
Heraldo
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