Es especialmente en los meses de otoño cuando Caravaca de la Cruz se convierte en la meca de multitud de murcianos, e incluso visitantes de fuera de la Región, con un propósito similar: pasear por las conocidas Fuentes del Marqués. ¿El motivo? Que sus numerosos árboles de hoja caduca se desnudan, dejando el suelo cubierto de una manta de múltiples tonalidades otoñales.
Alrededor de las 17,4 hectáreas de las que cuenta el parque se concentran montones de senderos sin apenas desnivel para disfrutar de sus fuentes de agua, que riegan el entorno haciendo posible un paisaje con una flora y fauna casi mágica, caldo de cultivo para proyectos cinematográficos e (innumerables) vídeos de boda.
Se recomienda encarecidamente visitar el Torreón de los Templarios, que verdaderamente se trata de una hacienda agrícola y ganadera de mediados del siglo XVII, pero que la cultura popular hizo nombrar de esta manera. También se recomienda detenerse a observar sus cuatro fuentes (también llamadas sartenes), riachuelos e, incluso, cuevas.
La Opinión
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